
Por: Lic. Mariano Guerrieri
A lo largo y ancho de nuestro país existen rutas escenográficas increíbles, entre ellas, algunas que se destacan por su disposición y características propias como la Ruta Nacional N° 3.
Con 3.045 km de extensión, es la segunda ruta más larga del país después de la famosísima Ruta 40 (5.194 km). Ambas corren en paralelo con dirección norte/sur, la primera hacia el oriente, acompañando al Mar Argentino en la mayor parte de su recorrido. La segunda, serpenteando a los pies de los Andes. Sin embargo, la Ruta 3 tiene el privilegio de cruzar el famoso cordón montañoso al final de su recorrido, y seguir en territorio nacional.

Esta alargada carretera comienza, como la mayoría de las rutas nacionales del país, en el “Km 0” en la Plaza de los dos Congresos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y transcurre en dirección sudoeste en forma de autopista en la primer parte de la provincia. Atravesando, desconocidos recursos patrimoniales como el Aero Club Argentino, tercera institución en su tipo a nivel mundial, fundado por Jorge Newbery en 1908. La ciudad de San Miguel del Monte, donde se puede visitar el Racho de Juan Manuel de Rosas, y conocer la vida de la campiña y sus problemas con los malones de indios pampas que azotaban por la zona a mediados del siglo XIX.
En el periplo, le sigue la localidad de Azul y su famosa iglesia gótica, que dan paso a la intersección con la ruta nacional 226, así tomar dirección este y enhebrar tres conocidos destinos para los viajeros: Tandil, con su piedra movediza. Balcarce, a los pies de la sierra La Barrosa, para visitar el museo Juan Manuel Fangio, y su rica colección de automóviles antiguos, además de recuerdos y anécdotas del quíntuple campeón mundial de fórmula uno. Por último, llegar a “la feliz” Mar del Plata, ciudad balnearia por antonomasia de Argentina.
Continuando por la tres, llegaremos a la pujante ciudad portuaria de Bahía Blanca, y desde aquí tomando rumbo sur, transitaremos toda la pata de la provincia para visitar un hermoso humedal llamado Bahía de San Blas, considerado el santuario de los tiburones argentinos (cazón, gatopardo, gatuzo, tiburón toro y martillo), además de ser meca de pescadores.
El límite de las provincias de Buenos Aires y Río Negro, la conforman el binomio: Carmen de Patagones-Viedma. La primera, fundada en 1779, conserva un hermoso casco histórico adoquinado, y la segunda, mucho más moderna, es la capital provincial. Separadas por el caudaloso Río Negro, límite geopolítico entre la pampa húmeda y la estepa patagónica.
Podemos decir que, una vez en la Patagonia, la Ruta Nacional 3 adquiere un considerable protagonismo, no sólo por ser la vía de comunicación más importante de toda la región, sino también, porque enlaza recursos turísticos de renombre internacional.

En las cercanías de la ciudad de Viedma, se encuentra el balneario El Cóndor, considerado el “parque natural del viento”, epicentro de los amantes de las actividades que tienen al aire en velocidad como impulsor de grandes aventuras: carrovelismo, kitesurf, windsurt, kitebuggy, entre otros, se practican con entusiasmo en sus alrededores. Además, sus costas acantiladas, concentran la mayor colonia de loros barranqueros del mundo.
Retomando la tres, y recorriendo la bahía que forman las ciudades pesqueras de San Antonio Este y Oeste, podremos descubrir el inhóspito balneario Las Perdices, que por sus aguas cristalinas y estanques color turquesa se lo considera una porción del mar Caribe en territorio argentino.
Unos kilómetros más adelante, nos encontraremos con Las Grutas, la mejor playa del mar argentino, que con sus aguas templadas, producto de las altas y bajas mareas, además de la corriente cálida del Brasil que baña sus costas, la convierten en la ciudad costera más concurrida de la región, con una desarrollada infraestructura de servicios hoteleros y gastronómicos para el visitante.
Para el final, aquel aventurero que quiera experimentar internarse en las profundidades del que fuera el mayor yacimiento de hierro de Sudamérica y caminar sus oscuros socavones, puede visitar la ciudad de Sierra Grande, que gracias al turismo minero, recobró vida y evitó convertirse en un pueblo fantasma.
Las accidentadas costas patagónicas, seguidas muy de cerca por la Ruta Nacional N° 3, son una tierra yerma llena de sorpresas e historias de vida que valen la pena conocer.
Apunte de viaje: El Departamento de Turismo de la CPS realizó en varias oportunidades un tour donde recorrió parte de la Ruta Nacional 3 en su zona norte, visitando Las Grutas, Puerto Madryn y Península Valdés.