Por: Lic. Mariano Guerrieri

Argentina tuvo una de las redes ferroviarias más largas del mundo. En sus tiempos gloriosos, llegó a contar  con cerca de 50.000 km de vías a mediados del siglo XX. Si bien, y luego de las privatizaciones ocurridas en la década de los `90,  los kilómetros en servicio se redujeron a menos de mitad. Existen en el país, formaciones emblemáticas que sumergidas en prístinos paisajes, se convirtieron en recursos turísticos de jerarquía mundial.

En este artículo, que será dividido en dos entregas, nos dispondremos a detallar los más importantes ramales, reconocidos por los turistas nacionales e internacionales.

El más famoso y emblemático de todos, es el Tren de las Nubes o a las Nubes, en la provincia de Salta. Perteneciente a la línea General Belgrano e inaugurado en el año 1948 con el nombre de Ramal C-14 o “Huaytiquina” (paso fronterizo por el que transitaría en un primer momento). Fue el segundo ferrocarril transandino del país, después del de Los Andes – Mendoza. Uniendo la ciudad de Salta y Antofagasta en la República de Chile, por el paso de Socompa. Contaba con 571 km de extensión, 1.400 curvas, 21 túneles, 30 estaciones y 13 viaductos. Entre ellos, los del río Toro y el viaducto La Polvorilla, espectacular por donde se lo mire, y emblemática postal turística. Éste viaducto, tiene una longitud de 223 mts, 63 mts  de alto respecto al suelo y 1.590 toneladas de metal, a una altura de más de 4200 msnm. Impactantes números que lo convierten en uno de los tramos ferroviarios más altos del mundo. En su momento, fue la obra ingenieril más importante del país, y por ello, declarada Monumento Histórico Nacional.

Si bien, desde el año 2015 el servicio en tren sólo está disponible entre San Antonio de los Cobres y el viaducto La Polvorilla, el resto del paseo se realiza en bus con guías bilingües y con la posibilidad de degustar platos típicos, adquirir artesanías y relacionarse con las comunidades locales, descendientes de los Diaguitas, con influencia incaica.

En el otro extremo del país, hacia el poniente y dentro del Parque Nacional Iguazú, que protege las famosas cataratas, se encuentra el Tren Ecológico de la Selva. Moderno ferrocarril de trocha angosta, propulsado por gas licuado, combustible no contaminante, que en su trayecto de 3.700 mts. Permite al visitante adentrarse en la selva en galería, y deslumbrarse con la presencia de más de mil especies de árboles y plantas, entre cantos de pájaros, aullidos del mono carayá y escurridizos coatíes.

El trayecto, acompañado por los aromas húmedos del ambiente acariciando la piel del visitante, permite acceder a las estaciones Cataratas y Garganta del Diablo. La primera, para descubrir y mojarse en las caídas de agua de los paseos Superior e Inferior. Y, la segunda, para admirar el salto más importante del parque y del mismo nombre. Una experiencia sobrecogedora que avala su denominación como Patrimonio de la Humanidad y ser considerada una de las Siete Maravillas Naturales Mundiales.

En territorio cordobés, el Ramal A-1 del ferrocarril General Belgrano, inaugurado en 1889 como transporte de carga y pasajeros que unía la ciudad de Córdoba con el Valle de Punilla hasta Cruz del Eje, fue uno de los transportes más utilizados de la provincia hasta su desafectación a mediados de los años ´70.

 Después de muchas idas y venidas, desde 1993 fueron reabiertas las vías con fines turísticos recibiendo el nombre de “Tren de las Sierras”. Pero no fue sino hasta el año 2007 que el tren cobró impulso y se tornó en un clásico paseo ferroviario que atraviesa las Sierras Chicas de este a oeste, desde la estación Alta Córdoba de la capital provincial, hasta la ciudad de Cosquín. En su derrotero, paralelo al margen izquierdo del río Suquía, recorre zigzagueante la quebrada de Bamba, en pleno corazón serrano, entre aromas de poleo y peperina, pasando cerca del Embudo del Lago San Roque, para culminar en ciudad “Capital Nacional del Folclore”. El paseo dura un poco más de dos horas y es ideal para disfrutarlo en familia.

En la zona norte Buenos Aires, y a lo largo de 15 km se desarrolla el ramal turístico Tren de la Costa, que une los aristocráticos municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando, hasta llegar a Tigre. Ex Ramal Retiro-Delta (Ferrocarril Mitre) construido a finales del siglo XIX, en 1995 se inauguró como transporte turístico, a lo largo de 11 estaciones que fueron reacondicionadas para recibir a los visitantes con locales gastronómicos y comerciales. En su recorrido, paralelo al Río de la Plata, se disfrutan de cuidados espacios verdes de un lado y elegantes casonas con refinadas líneas arquitectónicas del otro. Para luego llegar al Tigre y poder disfrutar del colorido Mercado de Frutos, el Parque de la Costa y por qué no, darse una vuelta en los barcos-colectivos del Delta.

En las alturas, desandando los paisajes selváticos y serranos o en el asfalto de las grandes ciudades, subirse a un tren y dejarse llevar por las vías, es un viaje de romántica introspección.

Apunte de viaje: El Departamento de Turismo de la CPS, permitió a sus afiliados, experimentar el recorrido del Tren de las Nubes y el Tren de la Selva, en sendos viajes grupales.